Aunque estemos lejos 

En esta tarde en que comienzo a sentir el frescor del viento en mi espalda, que pude ver y sentir la primera niebla de la estación, pensé, sí pudieras ver a través de mis pensamientos. Sí pudieras saber mis más profundos secretos y deseos, si tan solo pudieras sentir mi necesidad de tu calor, mis ansias de tus besos y del frenesí de tu cuerpo.

Pero no lo sabes...y eso me hace tan ajeno a ti que aún siento celos del viento y de la neblina que acaricia tu piel y se mete entre tus cabellos.

Esta malsana costumbre de extrañarte...y tu, en cualquier lugar sin saber que te extraño...el único consuelo absurdo que me queda es saber que es el mismo cielo el que nos cubre a ti y a mi aunque estemos lejos.

Armando Chama Tlaxcalteco

¿?


Plenitud

Plenitud es mírame en el océano de tus ojos y perderme en ellos por unos segundos y solo unos segundos son suficientes para inundar de felicidad mi vida; plenitud es saberme objeto de tu mirada cuando te veo al pasar.

Plenitud es sentir el aroma que dejas tras tu paso, plenitud es sentir el aroma que deja tu cabello suelto cuando pasas junto a mí y entonces, tras de ti, cierro los ojos y disfruto de tu aroma, de tus ojos y de esa forma de caminar con la que dominas al mundo.

Plenitud es mirarte sin que te des cuenta; plenitud es saber que soy el ser más diminuto sobre la faz de la tierra y que a pesar de ello soy objeto de tu sonrisa cuando me ves. Plenitud es imaginar que tras lo adusto de tu ceño se esconde una mujer tierna ávida de mimos y cariños que yo estaría presto para dar.

Plenitud es sentir que sale el sol en mi cielo cargado de nubes grises y desecho por la tormenta del pasado. Plenitud es ver salir el sol cuando te veo; plenitud es pensar en ti cuando no estas.

Si supieras cuanta felicidad has traído a mi vida y que con solo los momentos y los instantes y los segundos que te miro son suficientes para sentirme afortunado y feliz, pero...plenitud también es saber que nunca lo sabrás y entonces...qué bello es amarte así. Amarte solo para mí.

Mi hermoso amor.

Armando Chama Tlaxcalteco

¿?

Indiferencia

En la negrura de la noche me imagino ese segundo, ese gesto de tu mirada, indiferente, y de tu gesto de hastío para mí y me siento más solo que de costumbre, más lejos de ti, más seguro de tu desprecio.

Yo jamás pedí amarte, nunca pedí enamorarme, nunca imaginé que mis ojos podían haberse cruzado con los tuyos, con toda tu existencia. Nunca, nadie me preguntó si resistiría tus miradas, tu forma de caminar y hasta tus desplantes.

No me mires con enojo, con ese segundo de indiferencia que me congela en el ártico invierno de mi vida gris, que me cala hasta los huesos; tu desdén de niña hermosa ya es suficiente, no es necesaria más frialdad, más dureza, más crueldad.

En la negrura de la noche me refugio en la tristeza. Es el momento perfecto para cerrar los ojos y mirarte sin que te des cuenta y entonces, entonces puedo mirarte sin sufrir tu rechazo, sentirte sin que me importe tu ausencia y así, así escucharte.

Construyo el diálogo más dulce que tendrías conmigo con todos tus saludos desteñidos que salen de tu boca, pero que a mi corazón le parecen los más coloridos paisajes; construyo tu plática más dulce con todas esas palabras que se te escapan cuando pasas junto a mí.

No me juzgues por haberme enamorado de ti, no es pecado este amor mío si lo vivo en silencio, si lo vivo como quien mira el cielo estrellado; no es pecado si lo vivo deseando tu felicidad; no es pecado si lo vivo deseando tus sonrisas, aunque yo no sea el motivo.

Déjame amarte así te lo ruego. No censures los latidos que se me escapan hacia ti. Y si algún día te sobra una palabra, una mirada o una sonrisa para mí, que no te quepa duda, será el más preciado de mis tesoros.

Armando Chama Tlaxcalteco

Enero 2019

Mi corazón está desahuciado 

Mi corazón está desahuciado,

siempre pienso en ti,

Hay días en que, convivo con ese pensamiento,

te pienso, te pienso,

A veces, se me escapa una sonrisa al pensar en ti.


Pero, hay días, como hoy,

en que la herida se abre,

en que el aire que respiro me lastima,

en que la vida duele,

días que siento que el pecho se abre,

en que el aire me lastima las entrañas.


Como todo desahucio, hay días buenos,

en que, como si nada, convivo con el dolor,

pero días, como hoy,

en que la muerte es un deseo,

Y la vida es un martirio.

Armando Chama Tlaxcalteco 

Febrero 2020


Te escribo desde mi tristeza

Te escribo, te escribo desde donde me encuentro,

Te escribo desde esta lejanía hasta la que he llegado,

Millas caminadas, kilómetros, años, años luz,

He caminado tanto, que de repente, el espacio se volvió tiempo,

Caminé tanto que, sí quisiera volver, ya no podría, aunque lo deseara con el alma,

Te escribo desde la lejanía.

Hoy te escribo desde mi tristeza.

Armando Chama Tlaxcalteco

Marzo 2021

Te amo más y más que antes*

Es de madrugada, despierto. El sueño se aleja y tú, vienes a visitarme;

Todo es silencio; solo escucho el canto de un ave lejana y el sonido de los grillos que me arrullan.

Y en el silencio de la madrugada, te vuelvo a amar con toda mi tristeza y con todo cuanto soy.

Te veo cambiada, más hermosa que antes, y entonces, en lugar de olvidarte, en medio de la madrugada, te amo más...y más que antes.

Armando Chama Tlaxcalteco

Noviembre 2018

Envenenado de ti

Y entonces, mientras el sueño intenta vencerme y la realidad aun me asfixia, tu recuerdo se mete en mis venas y me enveneno de ti, de esa forma en que me mirabas, de tus besos, de tu piel que me quemaba, de toda tu. Plena y extasiante.

Ese vicio de beber del veneno de tu boca, del que por ratos agonizo y casi muero y por ratos desvarío entre lo real y lo amargo de tu recuerdo. Y entonces mi agonía se hace tormento y el tormento se hace vida.

Bebo de tus memorias, y respiro el aroma que dejaste prendida en mis manos y en mi pecho. Solo tu cuerpo se fue, pero permanecerán tus efectos en mi ser, que por momentos muere, envenado de ti.

Armando Chama Tlaxcalteco

Enero 2020

Las veredas de tu piel

Me sé de memoria todos los caminos de tu cuerpo, así pasen los años, los lustros; 

Aunque se extingan los bríos de mi ser, las sensaciones de mi cuerpo y los suspiros de mi alma; aun así.

Hasta el último día de esta pesadilla que es la vida sin ti, recordaré todos los caminos de tu cuerpo y todas las veredas de tu piel.


Armando Chama Tlaxcalteco

Septiembre 2020

Ya nunca volverás

Hoy, al pasar por todos esos lugares donde caminamos, donde convivimos, donde nos besamos, donde nos amamos, confirmé que no ha cambiado nada; como si presintieran que vamos a volver.

Esos sitios no han cambiado en lo absoluto; están ahí, mirando el tiempo pasar; esperándote, esperándome, esperándonos.

Aunque en el fondo, esos lugares, así como yo, presagian que ya nunca volveremos, porque tú ya nunca volverás.


Armando Chama Tlaxcalteco

Noviembre 2019

Te amo más y más que antes

No entiendo porque te recuerdo si tu enterraste mi amor.

No entiendo porque te amo si tu despreciaste mi cariño.

No entiendo porque en vez de olvidarte te amo más y más que antes.


Armando Chama Tlaxcalteco

Septiembre 2020

Moriré de ti

La tarde está nublada y apenas siento una ligera brisa,

miro el cielo y recuerdo esas tardes de noviembre a tu lado.

Intento recordar lo que hacía esas tardes de noviembre antes de tu llegada,

mi vida era tedio y desesperanza antes de ti, lo es también ahora, sin ti.

Hoy me pregunto ¿Qué haré todas las tardes, de todos los noviembres que le quedan a mi vida si tú ya no estarás aquí?

Tus memorias me responden: morir de apoco, agonizar cada día, cada instante, en cada suspiro.

Moriré por tu ausencia...moriré de ti.


Armando Chama Tlaxcalteco

Octubre 2014

Muriendo dentro de mi

En la oscuridad de esta noche,

Entre la niebla de tu recuerdo y la tristeza de mi espíritu,

Te paseas por las veredas solitarias de mi ser;

Caminos olvidados, flanqueados por flores marchitas,

Pastos secos, regados con la brisa de tu frialdad,

Árboles muertos por el gélido frío de la resignación.


Y a la mitad de la senda, de repente, apareciste otra vez,

Amaneció de nuevo, tu sol me llenó de alegría el alma,

La vereda se llenó de cantos hermosos y melodiosos trinos,

Mi camino se llenó de luz, las flores vivas flotaban en el aire,

El césped se llenó de verde en cuanto escuchó tu voz,

Nogales, vides, manantiales, el verano de tu regreso.


Te construí morada, un refugio a fuerza de mi amor,

Habitación te hice en mí, esta vez, para que no te fueras;

Me fie de tus besos y de tus palabras y de tus lágrimas,

Depositaria te hice de mi esperanza reverdecida, de mi alegría nueva,

Hice de tus pies mi oratorio, de tus manos mi fuente y de tu boca mi alimento;

Me aferré al pabilo humeante de la llama extinta de tu promesa de amor.


Mi suerte estaba echada, el destino siempre lo dictó tu voz;

Regresaste a darme un poco de felicidad en mis días grises,

Volviste para que tu vanidad sepa que seré tuyo eternamente;

Gracias te doy en esta lágrima que no pude contener,

Agradezco tu generosidad de enseñarme que aún te amo,

Perdóname por quererte toda, absoluta, entera y plena para mí.


Abandonaré el refugio, debo seguir la senda oscura, tu recuerdo será mi lámpara;

Me llevo la tristeza que esta noche se cuela hasta mis huesos,

Me llevo una pluma que tus alas dejaron cuando emprendiste el vuelo,

Me llevo una flor muerta para guardarla en libro que no escribimos,

Me llevo la última ración de vino para acordarme tus besos allá en la soledad,

Me llevo un rayo de tu sol para cuando llegue el final de mi verano.


El altar que un día te forjé en mi corazón se está derrumbando;

No vengas nunca más, una reina no debe pisar semejante desastre,

Poco a poco me iré extinguiendo en tu memoria, déjame morir en paz;

De vez en cuando iré a visitarte, en un suspiro, en una canción,

En una flor, en una caricia del viento, en un recuerdo,

Y para entonces sabrás, que ya estás muriendo dentro de mí.


Armando Chama Tlaxcalteco

Enero 2020

                        

Soberbia

Un poco más allá de la mitad de la vida, un poco más allá de mitad del verano, te vuelvo a encontrar; tras lo intempestivo de nuestro amor al final de la primavera, tras el embravecido mar que incitó nuestros cuerpos a amar aquella primera mañana de julio, hoy te vuelvo a encontrar, desquiciadamente atractiva, más bella, más mujer, más dentro mío. Ni el calor más agobiante de las hogueras ajenas ni el inmisericorde hielo invernal de la soledad te pudo apartar de mí. Jamás.

Y después del temblor que me produces y de las duermevelas que me provocaste, te veo llegar. Si, lo sé, soy un pecador al amarte, al desearte; pero solo puedo dar gracias al Creador, porque, al fin llegaste. Llegaste a nuestra prohibida cita con el amor.

El perturbador momento en que mis ojos notan tu presencia, el primer instante; el desatino de mi deseo al respirar el amor que anuncia tu llegada, tu perfume; el delirante segundo en que tu mirada y la mía se vuelven a engarzar después años, tus ojos; años que transcurrieron vacíos a causa de tu partida, el tiempo.

No puedo concebir que estés aquí. Esta felicidad, como la tristeza que llegué a sentir un día, son desbordadas, y es que tú me enseñaste a amar al filo de la cordura, al borde de la sinrazón; tú me mostraste que me puedo encontrar en tu alma, me enseñaste a sonreír y a llorar sin un motivo aparente; ¡ah este corazón que te amó a destiempo y aun así te cautivó!

Tu misma no das crédito de que estés aquí, a mi lado; tu sonrisa se debate entre el desasosiego de lo que dejaste tras la puerta y la alegría que, sé muy bien, te causa verme. Te miro, beso tu frente, acaricio tu cabello, acaricio tu rostro, beso tus ojos, derramo lluvia de besos, beso tu nariz de encanto como antes. Te miro otra vez, te miro mil veces, quiero llenarme los ojos de ti por si no te vuelvo a ver.

Cuando floreció nuestro amor en el vernal inicio y hasta el invierno final, nuestro idioma fue el amor; tus miradas me lo decían todo, es por ello que hoy nos amamos con los ojos, es por esa razón que no quiero dejar de mirarte; temo cerrar los ojos y ver que ya no estas; temo que esto sea un sueño, temo padecer el vaivén de tus prejuicios, temo tu soberbia y tu orgullo de no necesitarme, aunque en ello se te vaya la vida misma.

Te amo tanto que quisiera te metieras en mi sangre por un instante, ojalá pudieras meterte un segundo en mí ser para experimentar el cataclismo y la paz, la destrucción y el remanso que tu significas para este pobre corazón mío que, no se cuanto más pueda soportar el tránsito de la felicidad extrema a la desilusión inclemente.

Y finalmente después de esos años, hoy estas aquí, te tengo a merced de mis manos y de mi deseo, y la paradoja del corazón me dicta que eres frágil, delicada, tanto que no quisiera ni tocarte. Así de tanto te amo, así de tanto me enloqueces, así de tanto te protejo, así de tanto mi vida te anhela, así de tanto te amo que enjugo tu soberbia con mi dignidad.

Y a pesar del tiempo, de ti y de mí y de todo ¿Quién podría detener las olas del mar? ¿Quién podría negar que nos amamos? Nadie. Tu no podrás negar que me amaste y aún me amas y yo, yo no puedo negar que aún te amo. Pero tu soberbia y tu vanidad de mujer te impide ver que no hay nadie que pueda ofrendarte su voluntad y sus anhelos, más que éste pobre desvalido del corazón que se muere por unos minutos de tu amor.

M1N

Armando Chama Tlaxcalteco

Enero 2020

Mi Primera Navidad

Pienso en ti, en donde estarás, con quien y haciendo que. Esas navidades que tanto nos prometimos y que jamás serán. Hoy más que nunca me llena de dolor ver el cadáver de ese amor que floreció y que en una nochebuena, la primera de nuestro amor, llorabas para que permaneciera a tu lado, contigo, para que no te dejara; aunque la gente nos rodeaba, tú te sentías sola sin mí y yo me sentía solo sin ti.

El mundo no existía en esos días porque todo el mundo cabía en nuestros besos, en nuestros abrazos, en nuestras miradas, en nuestros corazones, en nuestros cuerpos. Yo veía el mundo a través de ti y tú a través de mí. A tu lado cada día era una nueva navidad. Pero con tu partida terminó la navidad, la eterna navidad que era mi vida a tu lado.

Te bendigo donde quiera que estés y con quien quiera que estés en este día, porque me ofreciste la dicha inmensa de conocer el amor, ese que con el frío del invierno no se debilita, sino que es más intenso que la llama de mil hogueras. Bendita seas mujer hermosa, hermosa entre las hermosas. Que tu navidad sea la más feliz, llena de paz y amor, del amor de Dios que está sembrado en tu corazón.

Tal vez, un día, cuando ya no estemos en esta vida y entonces no haya más navidad que celebrar, tal vez y solo tal vez nuestras almas vivirán esa navidad eterna que nos fue negada en este mundo. Mientras tanto, desde aquí te bendigo mi niña, mi reina...MI PRIMERA NAVIDAD.

M1N

Armando Chama Tlaxcalteco

Diciembre 2013

Inquietud

Es delicioso soñar un amor, un amor que, sin rostro, despierta las más bellas inquietudes, esas que hace tanto dormían, tan dormidas que creía muertas muy dentro de mí.

La inquietud del corazón que se acelera, la inquietud del pensamiento que te busca, la inquietud de la imaginación que te invoca y la inquietud del cuerpo que te anhela.

La inquietud de leernos sin conocernos, como esos amores de la vieja usanza, de esos amores en blanco y negro, de esos amores de correspondencia, de esos amores amarillentos y apolillados por el tiempo, que, sin embargo, fueron los amores más fuertes, más intensos.

La inquietud de unos ojos que no se han visto, de unas manos que no se han tocado, de unos cuerpos que nunca han cruzado la frontera el uno del otro, pero la inquietud de dos corazones que ya han hecho el amor, porque el amor también se hace con los latidos, esos que sin conocerte ya me has robado.

Y de repente despierto, tengo la sensación deliciosa, de que tu inquietud y la mía, pasaron la noche juntas.

Armando Chama Tlaxcalteco

Mayo 2017

Estas ansias de tu cuerpo

Es de madrugada, soñaba contigo, soñaba que el amor que había esperado durante toda mi vida había llegado. Soñaba que sin tenerte ya eras mía y que sin tener tu presencia yo era tuyo. ¡Ah estas ansias de tu cuerpo!

Despierto y me doy cuenta que dormido te soñaba. Al despertar ya te estaba pensando. Y de repente me invade el sentimiento nacido del corazón y el deseo de ti, que, sin conocerte, le provocas a mi cuerpo.

Cierro mis ojos intentando dormir, pero tú ya estás conmigo en medio de la madrugada. Sin haber cruzado palabras, sin haber cruzado miradas te has metido en mi corazón y en mi mente y en mi sangre y en mis latidos. Nos fundimos en un beso tu y yo y después, lo inevitable entre dos almas que se buscan para amarse sin razón.

Un beso tierno primero, me miras, yo te miro. Te confieso que te he estado esperando toda mi vida. Un beso nos une en un abrazo. Besos que invocan a la pasión.

Beso tu boca, tus hombros, tu cuello, besos de amor que tú y yo desconocíamos, acaricio tu cabello mientras te beso y me lleno los ojos de tu belleza, te beso mientras escucho tu voz que dice mi nombre.

Lentamente y con ternura, mientras nos besamos y nos damos las caricias que tanto necesitamos, nos despojamos de todo. Beso tus manos, tu espalda, beso tu abdomen, lleno de besos tu ombligo y mi lengua se pierde en él. Beso tus muslos, recorro tus piernas con mis labios.

Beso tus pies y recorro con mi boca cada dedo, estoy besando tus plantas. Muerdo, cual deliciosa fruta, tus pantorrillas. Estas desnuda, beso y recorro toda tu espalda, hasta perderme en tus encantos. Te estoy besando, tu respiración y la mía se agitan más y más y más. Nos amamos, nos deseamos.

Y te llamo y digo tu nombre, y tú dices el mío.

Ya he viajado todo su cuerpo con mis labios, con mis manos, con mis caricias. Tan solo falta un rincón por besar. Nuestros cuerpos ya están mojados por la lluvia del deseo.

De nuevo me pierdo en tus muslos, pero mi boca necesita el sabor de tu deliciosa miel de mujer. No puedo controlar mis ganas de probar el delicioso néctar de la delicada orquídea que florece entre sus piernas, baluartes de mis deseos guardados.

Y de repente abres las puertas del paraíso. Mi lengua paladeando tu néctar mientras pierdes el control y yo contigo. Vencidos por el deseo y el amor, nos entregamos a la totalidad del alma para amarnos como nunca nos habían amado.

Al descubrirnos, ya somos uno solo, yo te amo y tú me amas. Ya nos pertenecemos.

Tu alma y la mía, tu corazón y el mío ya han hecho el amor. El verdadero amor primero desnuda el alma y después el cuerpo. Y entonces, sin conocerte, tú eres mía y yo soy tuyo.

¡Ah estas ansias de tu cuerpo!

Armando Chama Tlaxcalteco

Noviembre 2019

Consuelo

¡Y que si el amor nace de la nada! ¡Y que sí las eras son caprichos del tiempo y de la vida! ¡Y que si su mundo y el mío llegaran a encontrarse! ¡Y que si usted, sin saberlo, transgrede mis pensamientos! ¡y que si sus efluvios despiertan mis impulsos! ¡y que si anhelo su boca para vivir en usted! ¡y que si sus encantos en plenitud delatan mi deseo! ¡y que si usted me parece desquiciadamente atractiva! ¡y que si usted es el Consuelo que yo esperaba!

Sí la culpa la frena, olvídela; sí el prejuicio le estorba, ignórelo; sí mis palabras le provocan, vibre; sí mi intención la seduce, caiga.

Renuncie a la culpa, sí la hay; deseche los prejuicios, sí es que existen. Nadie, ni usted ni yo, ni el cosmos, somos culpables de que yo sea julio y usted septiembre en el verano de la vida.

Consuelo, que el recuerdo de habernos tenido, que el recuerdo de habernos pertenecido larga o fugazmente, nos consuele en las postreras horas de nuestras vidas pues, no sabemos, ni usted ni yo, la dicha que podemos conocer si desafiamos el desfase en la estación de nuestras vidas.

Armando Chama Tlaxcalteco

Noviembre 2019

Lo inesperado de tu amor

El rostro del pasado comienza a disiparse, se pierde, se va haciendo cada vez más lejano entre lo espeso de esta noche. El recuerdo del ayer parece ya extinguirse, como el segundo en que el invierno se une con la primavera; no hay recuerdo de él. Así de efímero es hoy el recuerdo y, ahora, un nuevo motivo me desquicia, me enerva, me altera los sentidos y me hace perder la razón.

Y después de esas tormentas y vendavales que sacudieron mi vela por años, en esos mismos en los que casi pierdo el timón y mi rumbo, hoy después de tanta desesperanza y angustia, apareces tú. De repente, inesperada, sutil. Sin querer apareces tú. Inesperada.

Así como la lluvia cae repentina; así como el botón es y en un momento es una flor, así como el tiempo cambia de un segundo a otro, así apareces tú. Y aquello a lo que resistía, eso que no deseaba sentir, eso que no me imaginaba, eso que me negaba, hoy es una necesidad que crece día tras día. Y sin darme cuenta hoy supe cuánto me pesa tu ausencia.

Sin ser mía siento que me faltas, y esa ausencia que hasta hoy desconocía, me asusta, me desconcierta. Sin ser mía hoy te sentí ausente; supe que me hacías falta y entonces comencé a extrañar eso que tú haces, eso que tus palabras provocan, esa malsana costumbre tuya de ser lo que yo esperaba, ese vicio que eres y que hoy se vuelve adicción, esa manía tuya de ser lo que yo tanto pedí.

Tu virtud fue escapar de un sueño, no de un sueño cualquiera, sino del más dorado de mis sueños; ¡anda! ¡presume vanidosa que me haces padecer! eres el sublime padecimiento que hoy sufre el corazón, la mente, la imaginación y el cuerpo. Hoy te padezco. Me haces padecer el delicado dolor en el corazón que solo se siente cuando se ha encontrado lo deseado.

Lo deseado ahora es, lo buscado ha sido hallado. El pasado ya no es más, ahora, ahora eres tú. Tu eres mi lluvia, mi primavera, mi flor. Mi amor inesperado. Lo inesperado de tu amor.

Armando Chama Tlaxcalteco

Abril 2016

Anoche

Anoche, mi último pensamiento antes de caer dormido fuiste tú. En mi sueño estuviste, tan viva, tan real. Habida cuenta de mi sueño, despierto, abro los ojos y sin querer me doy cuenta que mi primer pensamiento eres tú.

En mi sueño, te esperaba con impaciencia sentado en la banca de mis deseos, que está en el mirador de las esperanzas perdidas, en el parque de los ilusos, en la calle del imposible amor.

Llegaste, te miré. Fue como reunir todos esos escasos segundos en que te miro y hacerlos eternos. En ese momento tu sonrisa, tu mirada coqueta y tu nariz de encanto solo eran para mí; porque en mi sueño y en mi mundo, solo existías tú.

Caminamos, caminé junto a ti. Fuimos a un lugar lleno de verde. Solo tu y yo. Ahí, solo escuchaba tu voz cristalina enmarcada por el viento y veía esos ojitos que me decían tantas cosas sin palabras.

En mi sueño quise llenarme de ti, de tu voz, de tu sonrisa, de tu semblante de ternura, de tu carita de princesa; en mi sueño quise vivir la ilusión que jamás me dejarás vivir en la vida.

Anoche, en mi sueño, quise ser feliz y lo fui; anoche, en mi sueño, quise llenarme de tu presencia para suplir tu ausencia.

Armando Chama Tlaxcalteco

Marzo 2019

Sí supieras

Sí supieras que vivo con el corazón maltrecho, sí supieras que vivo esperando tu llamado, sí supieras que a diario te pienso, sí supieras que a diario te sueño, sí supieras que vivo en la total incertidumbre; sí supieras que la desesperación corre cada día más rápido que la poca tranquilidad que le queda a mi alma, sí supieras que mi espíritu ya no encuentra sosiego y que, solo Dios tiene misericordia de esta tristeza espesa de mi alma.

Sí supieras que cada latido del corazón me duele hasta lo indecible, sí supieras que el aire es cada vez más denso sin ti, sí supieras que cada suspiro es por ti y que cada pensamiento vuela hasta donde quiera que estés; sí supieras que la vida se me marchita y que el aroma que tenía para ti se extingue, sí supieras que eres mi todo, sí supieras que eres mi nada, sí supieras que eres mi salvación, sí supieras que eres mi perdición, sí supieras que eres mi cielo y mi infierno.

Sí supieras que eres mi música y mi silencio, sí supieras que eres el poema que nunca escribí pero que siempre sentí; sí supieras que eres esa tarde lluviosa de noviembre y ese café de febrero, sí supieras que eres esa mañana de julio, sí supieras que eres esa locura que aún me roba el aliento.

Sí tú supieras lo que siento rendirías tu presencia junto a mí, así como yo me rendí a besos a tus pies esa última tarde de noviembre que compartimos el desenfreno de nuestros cuerpos anhelantes. Sí supieras tantas cosas más me amarías por la eternidad, sí supieras que aún te amo.

Pero no lo sabes.

Ya no recuerdas la razón por la que me amabas.

M 1 N

Armando Chama Tlaxcalteco

Fotografía

Mirándote en la foto que guardé, veo tu mirada vanidosa, con aires de reyna, la que un día fue mi reyna; esa mirada seductora que un día fue el motivo de mis vesánicos desvaríos y de mis desbocadas alegrías.

Ese cabello que acaricia tu rostro y esas ojeras que van bien con tus gestos, con tu sonrisa, con tu forma de hablar, con tu forma de amar, con tu forma de decirme "amor te amo"; que iban contigo, con toda tu, completa y mía.

Esa mirada provocadora que hoy me reta todo cuanto soy; mi propia existencia me reta a decir que, esas líneas que marcan tu tenue sonrisa y tu nariz de encanto que me hechizaba al besarla, hoy nada de ti me provoca nada.

Tus cejas, tus hermosas cejas que fueron en otros tiempos arcos y loas de mis triunfos, hoy son los triunfos perdidos de no ser tuyo más y que tú ya no seas mía. Esa brevedad de tu carita y ese filo de tus labios que lo mismo herían sin piedad que llenaban de vida.

El satín de tu piel y de tu frente, que besaba a placer y que un día, hoy lejano, llenaba con lluvia de besos mientras sonreías con tus ojitos cerrados y decías mi nombre con un "te amo".

La manera en que me hablabas, en que me balbuceabas en tus momentos de ternura, como una niña ávida de amor, caprichosa, mimada, amada, que un día yo protegí con mis propias manos, estas mis manos que hoy, hoy están vacías y cansadas de esperarte.

La forma en que te acurrucabas en mi pecho mientras yo te aprisionaba con mis brazos llenos de amor, de un amor que jamás encontrarás; mi pecho está envenenado de ti, de la espera; y la agonía se prolongará hasta tu regreso, aunque el presagio dice que jamás volverás.

¡Como no volver a sentir! como no volver a vivir con esta fotografía que me recuerda que eres el lapso que no termina, la fecha que no se cumplirá, el plazo que no vencerá y la herida que tal vez un día, solo Dios quiera, sanará. 

M1N

Armando Chama Tlaxcalteco

Noviembre 2014

Ven

Ven con urgencia, te necesito aquí para comenzar el sueño, para meternos en la boca de la madrugada, para que tus ojos sean mi luz, tu cuello mi torre, tus pechos el atril de mi esperanza, tu vientre el cofre de mis fuerzas, tu intimidad el puerto de mi impetuoso navío, tus muslos los baluartes de mi victoria y tus pies mi oratorio.

Ven ¿acaso no sabes que me faltas? Ven para meterte entre mi sangre y mis huesos, para llenar de tu amor mis poros, para sembrar mi delirio en tus manos y regarlo con húmedos besos, para abonarlo con miradas, para podarlo con cuidos y ternuras, para verlo florecer con caricias y suspiros.

Ven.

Armando Chama Tlaxcalteco

Agosto 2019

Quisiera

Quisiera que esta lluvia que cae entre las penumbras de la noche fueran las caricias de mis manos que bordean los contornos de tu cuerpo; si tan solo mis manos pudieran cubrir tu cuerpo así como el agua cubre todo en cuanto cae, las copas de los árboles, sus ramas, sus hojas, y hasta sus raíces; si tan solo pudieran mis manos mojar de deseo tu cuerpo, así como esta lluvia cubre las flores, los jardines, la tierra fértil y aun el subsuelo. Si tan solo pudiera mojarme de ti, si tan solo mis manos fueran el agua te moja en esta noche de lluvia de junio. 

Quisiera olvidarme de este día e inventarme un día nuevo, una vida nueva y un horizonte nuevo; olvidar por un momento que las cosas no van bien y olvidarme hasta de mí y aparecer en un día, en una vida y un horizonte desde el que se vea un nuevo comienzo y una nueva forma de existir, donde no soy yo ni el hombre que creía ser, sino alguien nuevo, mejor, sin temores y ese ser nuevo ofrecértelo a ti, un ser que sea lo que tú te mereces y que a mi deje satisfecho para ser de ti.

Quisiera ser ese implemento más deseado de tus preferencias, de tus gustos, de tus dislates, de tus amores, de tus amores de noche y de tus amores cuando abres los ojos en la mañana y despiertas a la vida y a mi corazón y mis inquietudes; quisiera ser esa motita de algodón que acaricia tu rostro en las mañanas cuando te presumes ante el espejo, cuando el reflejo te contesta que eres hermosa entre las hermosas, que no necesitas de tantos rubores porque hasta el viento se rompe a tu paso y las flores se arrodillan ante tu perfume.

Quisiera mirarme en el mar de tus ojos y ser el motivo de tu desvarío de amor y posarme en ti, en tu corazón y ser quien te merezca y te llore y te sonría y te ame. Y amarte para siempre. Así. Tu para mí y yo para ti. Quisiera tantas cosas y no soy ninguna de ellas, solo se, que soy de ti.

M1N

Armando Chama Tlaxcalteco

Abril 2014

Conspiradora

Todo es penumbra. Ya la noche se encontró con la madrugada. Solo se escucha en medio de la oscuridad las gárrulas notas de los grillos que, al menos matan el silencio que dejó la ausencia de tu voz.

¡Oh conspiradora! Tú que yaces en otro lecho con otro amor que no es el mío, tú que tejes junto con el insomnio mis duermevelas, vengo a decirte ¡oh conspiradora! Que tengo miedo de la noche.

No sé si tengo miedo de ti, no sé si tengo miedo de que vengas, no sé si es miedo a mí, no sé si es miedo a la vida, no sé si es miedo a la vida sin ti. Pero hoy después de tantos años, siento que me faltas.

Tengo miedo de pensarte y que el pensamiento que me acecha vuelva a desbordar el dique que contiene la amargura anegada del llanto que aún no te llorado. Tengo miedo de mirar tu retrato ¡oh conspiradora! Porque sé que me falta llorar el amor que agoniza.

Tengo miedo que Mi Primera Navidad sepa que la amo todavía y me trate indiferente, con el frío de su diciembre y el mar inmenso de su cobardía.

M1N

Armando Chama Tlaxcalteco

Agosto 2019

El recuerdo de tu amor

Ayer enterré tu amor el cementerio del olvido, lo sepulté en la tumba de mis recuerdos; como todo muerto, fue llorado; fue sufrida la partida, la ausencia; fue despedido con un dolor profundo y hasta el día de hoy, como todo fenecido, es recordado.

La manera en que te conocí, en que nos conocimos; la manera en que desde el principio jugaste; encontrándonos y al despedirnos ver a tus otros amores.

Y, aun así, no logro olvidar ni el más mínimo detalle de ti, de tus formas, de tu cuerpo, de todo cuanto eres, de todo cuanto dejaste en mí.

Tu cabello, tu boca, tus cejas, tu nariz y tu frente, que cuando derramaba lluvia de besos en tu cara con tu voz de niña mimada me pedías que te volviera a besar; aún recuerdo cuando te ceñías a mi pecho y con voz de mimo me decías: "te amo tonto".

Tengo en mi mente tan vivos los momentos en que tus desvaríos de mujer fueron tan míos; tengo la mente y el corazón llenos de tus caderas, esos hermosos encantos que el cielo te regaló y que fueron míos, solo míos. Juro por lo infinito del cosmos que recuerdo cada rincón y cada lunar y cada curva y cada pliegue de tu cuerpo. A pesar del tiempo, te reconocería entre todas las mujeres del mundo tan solo por el aroma de tu piel.

Noviembre, el principio y el fin de nuestra historia. Enero te pertenece. Febrero, el inicio del idilio; abril te causó el dolor más grande en la vida; aquel primer día de julio y tu conspiraron contra mí para mostrarme que puedo estar en el cielo sin irme de este mundo. Noviembre el fin. Ocho noviembres y 7 años.

Y ahora después de tanto daño y después de tus visitas esporádicas entre los años de tu partida, resulta que tus ojos son para alguien más; hoy me cuesta tanto y me duele tanto entender que soy pasado en tu vida y a pesar de ello sigo esperando el estoque final, sigo esperando el "ya no te amo" que jamás te has dignado a decir; ante tal caos, ese sería mi mejor regalo. Un "te amé con locura" y un "ya no te amo" son tan lejanos según mío.

El mundo fue mío cuando te tuve a mi lado. Se que puse el mundo a tus pies cuando estuviste al mío.

Pero de algo estoy seguro, nadie te amará como yo te amé. De eso que no te quepa la menor duda. Podrán amarte si, podrás amar también, pero para bien y para mal, nadie te amará como yo lo hice; para mí no fuiste una mujer, fuiste una reyna y como tal te amé.

Hoy platico con tu ausencia y le cuento de ti. De la inconcebible, de la increíble facilidad con la que así, sin más ni más, dices que "me amaste". Para tu día yo era el sol y hoy ya hay dos amaneceres más en tu día. El sol sale y se pone solo una vez. Eso es lo que me desconcierta de ti.

En estos días, sin saber porque, he pensado en ti. La peor de mis fallas es creer que un día regresarás. Ahí está el fracaso de mi vida. Pensar que algo muerto, puede volver a la vida, que lo sepultado en el ayer puede revivir, que algo que tu misma depositaste en la tumba de los recuerdos, yo con mis anhelos esté empeñado en darle vida. No se puede volver a la vida lo muerto. No se puede resucitar al finado amor que decías sentir. Y así como esta carta va dirigida al cadáver de nuestro amor, así de irreal e ilógico es hablar de algo que no fue y nunca será.

Hoy voy al panteón de los amores, a dejar una lágrima y una flor a la tumba del que fue nuestro amor, ese que estuvo tan vivo y que hoy, hoy solo es un gris y triste recuerdo que no termina de esfumarse.

M 1 N

Armando Chama Tlaxcalteco 

Octubre 2014

La nube de tu ausencia

Nubarrones se posan sobre el cielo, mi cielo cansado de las tormentas del pasado. Y entre el desesperante y angustiante gris, se asoma un breve tisú celeste que se pierde y se aleja y no llega jamás a mí.

Tu eres esa brevedad del cielo que me daría la calma pero que jamás llegará hasta mi.

Te anhelo si, deseo tu presencia aquí, pero también sé que jamás vendrás a mi.

M 1 N

Armando Chama Tlaxcalteco

28 junio 2019

Al Mar

Mar, tu nombre en otro tiempo no me diría nada más que inmensidad. Pero hoy, en este impasse de mi vida donde la desesperación y la frustración estaban a punto de ganarme la partida, donde la calle del "pensé que no existías" esquina con "te esperaba desde hace mucho" se cruzaron, hoy en cambio, tu nombre me lo dice todo.

Ninguna espera es infructuosa si al final se haya lo buscado, ningún suspiro fue desperdiciado porque volaron, se posaron en tu lejanía y te trajeron hasta mí; ningún latido fue sin causa porque la causa fuiste tú. Mis sueños, mis anhelos, mis peticiones y hasta mis deseos se conjuraron en ti.

Y esto que de a poco me está quitando la serenidad es tu culpa. Y esta forma de amor tan tuya, tan mía, tan nuestra, me devuelve las ganas de vivir, las ganas de sentir y hasta las ganas de amar. Porque mi deseo, mi amor de hombre y hasta lo dormido de mi virilidad se esconden tras mis líneas, acechando el deseo de tu deseo.

Hoy te propongo ¡escápate! vivamos a través de nuestras letras todo el amor, toda la pasión, toda la ternura que nos negaron antes; déjame vivir en ti y te suplico ven y vive en mí; démonos besos entre líneas, besos tiernos primero hasta llegar a los besos arrebatados y de frenética pasión.

Déjame rodear tu cuello con besos en esta loa; déjame besar tus hombros, tus brazos, tus manos y tus dedos en cada párrafo; aparta de éste nuestro encuentro tus culpas y temores y déjame, te lo suplico, desnudarte, despojarte de cada prenda en cada frase; déjame besar tus pies, tus piernas, déjame besar tus muslos y tu vientre en cada palabra. Déjame saborear tu ombligo en cada letra.

Ya vencida por el deseo, en la última coma antes del desenlace, déjame saborear la húmeda tibieza de tu intimidad, paladear el sabor de tu néctar de mujer. Y en la apoteosis, te haré mía y yo seré tuyo y nos perteneceremos por la eternidad, desde la primera letra hasta el punto final.

Armando Chama Tlaxcalteco

Mayo 2018

En esta tarde de diciembre

En esta tarde de diciembre, como en todas las tardes, de todos los días, de todos los meses desde que te fuiste, me puse a pensar en ti. A veces te recuerdo con melancolía, en ocasiones con alegría y otras tantas con pasión y ternura, pero la tarde de hoy te estoy recordando con dolor.

Y el dolor que estoy sintiendo en este momento es tan intenso que me asfixia, me devasta, me sacude, me atormenta, me aniquila y me cercena los sueños, las ilusiones, las ganas y hasta los anhelos de vivir. Veo tu foto, inhalo tu recuerdo y exhalo tristeza, aspiro tus detalles y tus gestos y respiro desilusión y amargura.

Esa costumbre malsana de mirar tu retrato por horas, interminables horas, para sentirte un poco más cerca de mí, para engañarme por unos instantes que no me eres ajena. Y no puedo concebir que, siendo ajena, yo sienta aquí dentro de mí que no lo eres, que sigues amándome como antes.

Es ese dolor ingente, esa dolencia de mi ser, esa desesperación de no tenerte aquí a mi lado, la que me está cortando los deseos, los impulsos, las alegrías, las ganas, esas ganas de vivir que tu amor y tus besos me infundían, que tus palabras me incitaban, que tus ojos me provocaban, que tu presencia me inspiraba. Ahora ya no hay motivo, pues mi motivo te lo llevaste tu.

Y es entonces que como siempre, llego al mismo camino sin salida, y a la pregunta absurda de siempre ¿Qué voy a hacer los días que me quedan aquí en la tierra sin ti? No lo sé.

Que voy a hacer en las mañanas, en las tardes, en las noches, en las madrugadas, los días de la semana, los domingos, los meses; las primaveras, los veranos, los otoños, los inviernos, las navidades, los años viejos y los nuevos, y todos los años que le quedan a mi vida sin ti. Dime que voy a hacer, dime tu que conseguiste arrancarme de tu vida con facilidad a pesar de que me juraste estar juntos toda la vida.

Dime ahora que voy a hacer. Pues hasta un loco dentro de su locura tiene sus razones, un moribundo dentro de su agonía guarda esperanza de ir al cielo, un navío que naufraga espera llegar a buen puerto, un ave que cruza los cielos vuela ansiosa esperando encontrar el nido, un niño aguarda confiadamente de la mano de su madre que lo llevará mañana a ser un hombre. ¿Pero yo? Yo que voy a hacer sin ti.

Tantas preguntas y ninguna respuesta; la alegría se fue de mí, los sueños, las razones, todo se fue, se fueron contigo. Me he quedado sin nada, te llevaste mis ganas de vivir. Pero con todo, cada amanecer me levanto con la herida abierta, pidiendo al creador que un día sane esta vida que se muere a ratos por tu ausencia.

M 1 N

Armando Chama Tlaxcalteco

Diciembre 2015

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